Rebosantes de semen, estos engendros se encuentran impedidos de ver que en realidad tanto a profesores como a compañeros, sus preguntas de mierda le resultan absolutamente intrascendentes. Estudian durante meses enteros y suelen puntuar 6 en los exámenes, cuando el menos troglodita de los vivos del fondo del aula clavan un 8.
Los más pudientes tienen siempre a mano su IPad y su IPod. Ambos, por las dudas, viste? Los menos, siguen idolatrando al ya hace 20 años obsoleto Atari.
Adictos a los juegos de rol. Presas de bullying indefectiblemente y fieles clientes de Mc Donald's. No suelen llamar la atención, hasta que alguno se raya y se carga a 6 o 7 pibes irrumpiendo a los corchazos en el colegio con el fierro que le robaron al abuelo del cajón de la mesa de luz.
4) El banana.
Juran sobre la urna con las cenizas de sus madres que las mujeres mueren de atracción por ellos, mientras se miran al espejo para verbalizar lo atractivos que se ven antes de partir para Caix.
Fieles oyentes de reggaeton, en todos los casos estos pelotudos cuentan con 3 características comunes, sin excepción. A saber: A) Volkswagen Gol con vidrios polarizados y alguna que otra frase cliché estampada en la luneta; B) Camisas con cuello y puños lisos y zapatillas Gola o similares; C) Anteojos-Vincha.
Víctimas de la metrosexualidad extrema y dueños de un mal gusto tan inmundo que hasta lastimaría los ojos de Stevie Wonder.
3) El longrider wannabe.
Compran un longboard armado de fábrica con piezas de mierda, casco y protecciones en Mercadolibre, y andan por las veredas, porque "en la calle te tiran a la mierda los bondis".
La tablita siempre impecable, la ropa limpia y las zapatillas un lujo. Todo su vestuario se reduce a marcas de ropa para surfers.
Habitan la región subtropical de Palermo y Recoleta. Habitues del Alto Palermo.
Cruzan la calle antes de pasar por la puerta de una facultad estatal, y, contra todo lo pensado, suelen tener parejas mucho más atractivas de lo que ameritan.
2) El Vegan Straight Edge cartel.
Ex emo, posteriormente Flogger, posteriormente skater, actual bicho raro de Bond Street. Dedican su vida a contarle a la gente por cuanta red social exista que no comen nada que implique sufrimiento animal, como por ejemplo milanesas de legumbres, matambre a la pizza orgánico del Tibet y pechito de cerdo que fue muerto a caricias y besos atrás de las orejas. Cero sufrimiento. Lo importante es dejar en claro que son vegan, que no se drogan ni toman, y que no tienen sexo promiscuo, entre otras pelotudeces.
En su tiempo libre compite con sus pares para ver quién tiene el corte de pelo más feo, las orejas más expandidas y el cuerpo más tatuado, mientras se encaminan a ver a Nueva Ética en algún teatrito medio pelo.
Aseguran fehacientemente que son mejores seres que el resto de la sociedad, porque ellos no hacen sufrir a las vaquitas, y sienten la necesidad de hacerte sentir culpa por tener intenciones de comerte un churrasco de mierda, como cualquier persona normal. Cumplen su cometido sólo ante mentes tan débiles como las suyas. Absolutamente intolerantes, de mente estrecha. Son los testigos de Jehova del neonazismo.
1) El Liam Gallagher Indie Britrocker Cara de Chota Reloaded 2.0.
Son un híbrido compuesto por lo más poser de toda la sociedad, producto de un gangbang entre hippies roñosos, burguesitos de zona norte y estudiantes de fotografía o diseño de la UP.
Frecuentan todos los Starbucks a su paso con el fin de hacer mierda la extensión de la American Express de papi y exhibir sus Apple MacBook Air mientras afanan el wi-fi de mierda que prestan dichos locales. Escuchan a Oasis y tienen en sus escritorios una réplica de la famosa cajita de Blur.
Visten desde sweaters extraños con tramas horribles hasta montgomeries con insignias británicas. Permanecen en este estado de pelotudez galopante durante períodos no superiores a los 6 meses, dependiendo del último grito de la moda.
De nada.